El cambio mundial hacia las energías renovables presenta numerosas oportunidades de negocio, sobre todo en regiones con gran potencial de crecimiento como Sudáfrica. Este documento explora el estado actual del panorama energético sudafricano, centrándose en la transición del país hacia las energías renovables y las oportunidades que presenta para las empresas españolas especializadas en tecnologías solares, eólicas y bioenergéticas. Se analizarán las políticas gubernamentales, los incentivos financieros y las oportunidades de inversión, al tiempo que se exploran posibles asociaciones entre empresas sudafricanas y españolas. Se utilizarán estudios de casos de inversiones españolas de éxito en el sector sudafricano de las energías renovables para destacar las mejores prácticas y estrategias de entrada en este mercado en rápida evolución.
Índice
Panorama energético actual en Sudáfrica
La Transición Energética Justa (JET) de Sudáfrica
El impacto que la política JET tendrá en las comunidades locales situadas en regiones mineras
Estrategias para mitigar los efectos negativos
Dar prioridad a las comunidades vulnerables
Promover la eficiencia energética y la adopción de energías renovables
Fomentar la financiación, la innovación y la transferencia de tecnología
Ampliar el acceso a las energías renovables en las zonas rurales
Construir asentamientos humanos sostenibles
Políticas medioambientales y de planificación inclusivas
Políticas gubernamentales e incentivos financieros
Asociaciones estratégicas y colaboración entre Sudáfrica y España
Oportunidades clave para la colaboración y el intercambio de conocimientos
Transferencia de Tecnología y Compartir la Innovación
Creación de capacidades y desarrollo de habilidades
Fabricación local y desarrollo de la cadena de suministro
Financiación de proyectos e inversiones
Integración de las energías renovables en la red
Defensa de la normativa y diálogo político
Proyectos transfronterizos de energías renovables
Estrategias para facilitar las colaboraciones
Cómo pueden navegar las empresas españolas por el panorama normativo de Sudáfrica
Marcos normativos clave para los proyectos de energías renovables en Sudáfrica
Plan Integrado de Recursos (PIR)
Programa de contratación de productores independientes de energía renovable (REIPPPP)
Requisitos de contenido local y creación de empleo
Evaluación de Impacto Ambiental (EIA)
Conexión a la red y Acuerdos de Compra de Energía (PPA)
Eficiencia energética y cumplimiento de la normativa
B-BBEE (Potenciación Económica de Base Amplia para los Negros)
Incentivos fiscales y tributarios
Cómo pueden navegar las empresas españolas por el panorama normativo
La transición a las energías renovables se ha convertido en una prioridad central para muchos países de todo el mundo, impulsada por la necesidad de mitigar el cambio climático, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y promover el desarrollo sostenible. Sudáfrica, una de las economías más grandes y más ávidas de energía del continente, está experimentando un cambio significativo en su sector energético, pasando de un sistema de generación de electricidad dominado por el carbón a una combinación energética más diversificada que incluye cada vez más fuentes de energía solar, eólica y bioenergía. Esta transformación no sólo es esencial para garantizar la seguridad energética y el crecimiento económico, sino que también ofrece oportunidades sustanciales a las empresas internacionales, sobre todo a las de países con experiencia consolidada en tecnologías de energías renovables, como España. Este documento examina el estado actual del sector energético sudafricano, las políticas que impulsan su transición hacia las energías renovables y las oportunidades concretas que las empresas españolas pueden aprovechar en este floreciente mercado.
La generación de electricidad en Sudáfrica ha estado históricamente dominada por el carbón, con aproximadamente el 85% (42.000 MW) de la electricidad nacional procedente de centrales eléctricas de carbón. A pesar de la creciente preocupación por el medio ambiente, se prevé que el carbón siga siendo una parte importante de la combinación energética de Sudáfrica durante la próxima década. Sin embargo, la cuota de energías renovables va a crecer rápidamente. Según el Plan de Recursos Integrados (IRP), está previsto instalar 8,7 GW adicionales de capacidad de energía renovable entre 2023 y 2032, con la energía solar a la cabeza como principal impulsora de esta expansión. El gobierno sudafricano también ha relajado los requisitos de contenido local para los módulos solares, en un intento de acelerar el despliegue de proyectos solares. [5]
Eskom, la empresa estatal de servicios públicos de Sudáfrica, desempeña un papel fundamental en el sector energético del país, ya que genera aproximadamente el 95% de la electricidad de Sudáfrica. Eskom también desempeña un papel clave en la Comunidad para el Desarrollo del África Austral (SADC), donde suministra una parte significativa de la electricidad de la región. Eskom se enfrenta a graves problemas de capacidad, envejecimiento de las infraestructuras e incapacidad para satisfacer la creciente demanda de electricidad. El país también se enfrenta a una persistente escasez de electricidad, que ha provocado cortes de carga, una situación en la que se interrumpe el suministro eléctrico para gestionar la demanda. [5]
La respuesta del gobierno sudafricano a esta crisis se plasma en su «Plan de Acción Energética», que se centra en arreglar Eskom, aumentar la capacidad de generación renovable y fomentar la inversión privada en el sector energético. La política de Transición Energética Justa (JET, por sus siglas en inglés) es otro componente significativo de la estrategia sudafricana en materia de energías renovables, que pretende equilibrar el paso a la energía limpia con objetivos socioeconómicos como la creación de empleo y el bienestar de la comunidad. [3]
El concepto de Transición Energética Justa es fundamental para la estrategia sudafricana en materia de energías renovables. No se trata simplemente de sustituir el carbón por fuentes de energía renovables, sino también de garantizar que la transición sea equitativa, integradora y proporcione oportunidades económicas sostenibles a las comunidades que tradicionalmente dependían de la industria del carbón. Sudáfrica pretende alcanzar la neutralidad del carbono en 2050, y la transición estará estrechamente vinculada al desarrollo de nuevas industrias y a la creación de empleo en sectores ecológicos, como la producción de energía renovable, el almacenamiento de energía y el desarrollo de redes eléctricas.
El gobierno sudafricano se ha comprometido a aumentar la cuota de energía renovable en la red nacional y a abordar las repercusiones socioeconómicas de la transición. Esto incluye gestionar el cierre de las centrales eléctricas de carbón, apoyar los programas de reciclaje y recualificación de los trabajadores afectados e invertir en la fabricación local y la creación de empleo en el sector de las energías renovables. [3]
La política JET pretende reducir la dependencia sudafricana del carbón y la transición a un sector energético más sostenible y con bajas emisiones de carbono. Sin embargo, dado que el carbón es fundamental para la producción de energía del país y para el sustento de muchas comunidades, especialmente en regiones dependientes del carbón como Mpumalanga, Free State, Limpopo y KwaZulu-Natal, la aplicación de la política tendrá un profundo impacto en las comunidades locales y en los trabajadores de la industria del carbón, concretamente por la pérdida de puestos de trabajo y los efectos perjudiciales para la salud, entre otras cuestiones. [8]
Una parte importante de la población de las regiones mineras del carbón depende de este sector para su subsistencia, ya que el 61% de los encuestados trabaja directamente en la minería del carbón (14%) o en sectores relacionados (5%). El cierre o la reducción de la minería del carbón podría provocar una pérdida generalizada de puestos de trabajo, que afectaría no sólo a los mineros, sino también a los trabajadores de las industrias de apoyo, como el comercio minorista, la sanidad y el transporte. Además, el 57% de los encuestados están en paro, lo que pone de manifiesto la vulnerabilidad económica de la región, que puede empeorar con el declive del sector del carbón. La posible emigración de trabajadores (27%) en busca de empleo alternativo tensa aún más el tejido social. La transición hacia el abandono del carbón también plantea riesgos para la salud, ya que el 70% de los encuestados declararon enfermedades relacionadas con el carbón, sobre todo respiratorias. Muchos hogares, que dependen en gran medida de un único ingreso (51%), son especialmente vulnerables a las perturbaciones económicas, y el 58% teme la pérdida de empleo y la deslocalización. La escasa diversificación económica de la zona significa que el cierre de las minas de carbón también afectaría a las industrias secundarias, como la sanidad, la educación y el comercio minorista, que dependen del sector del carbón. [8]
La política JET supone un reto importante para las comunidades que dependen de la minería del carbón, pero también ofrece una oportunidad de transformación y crecimiento a largo plazo. Para mitigar los efectos negativos sobre las comunidades y los trabajadores locales, las estrategias deben centrarse en la recualificación mediante programas de formación específicos centrados en las energías renovables, el mantenimiento técnico y la construcción ecológica pueden ayudar a preparar a los trabajadores del carbón desplazados para nuevas oportunidades laborales en la creciente economía ecológica, especialmente en industrias como la solar, la eólica, la agricultura y los oficios técnicos. [8]
Aprovechar el espíritu emprendedor, especialmente entre los propietarios de pequeñas empresas y los de la economía informal, mediante ayudas específicas como recursos financieros, formación empresarial y vínculos con el mercado, puede fomentar las empresas locales, diversificar la economía y crear resiliencia fuera del sector del carbón. Reforzando las industrias no relacionadas con el carbón, como la agricultura, el turismo y la industria manufacturera, al tiempo que se apoya a las empresas existentes y se fomentan nuevos sectores, se puede ayudar a absorber a los trabajadores desplazados y garantizar una transición suave fuera de la minería del carbón, fomentando en última instancia la creación de empleo. Mediante el compromiso comunitario podemos impulsar el desarrollo de la comunidad mejorando los servicios comunitarios como la atención sanitaria, la educación y el ocio en las ciudades dependientes del carbón, lo que puede mejorar la calidad de vida, atraer inversiones y apoyar el crecimiento de industrias alternativas como la energía limpia, la agricultura y la industria manufacturera. [8]
Invirtiendo en infraestructuras, proporcionando redes de seguridad económica como ayudas a los ingresos y/o subsidios de desempleo, y fomentando asociaciones de colaboración entre las partes interesadas locales, la transición puede gestionarse de forma que se minimicen los trastornos sociales y se maximicen los beneficios a largo plazo para las comunidades dependientes del carbón. Mediante intervenciones específicas y un diálogo continuo, la iniciativa JET puede contribuir al desarrollo sostenible de estas comunidades, garantizando que los trabajadores no se queden atrás en el avance hacia un futuro energético más limpio y ecológico. [8]
Para garantizar una transición energética equitativa, integradora y beneficiosa en Sudáfrica, es de suma importancia que el gobierno adopte una serie de medidas estratégicas dirigidas a abordar los retos polifacéticos a los que se enfrentan las comunidades vulnerables, así como a promover sistemas energéticos sostenibles y fomentar las oportunidades económicas para todos los ciudadanos. La transición a una energía más limpia no consiste sólo en reducir la dependencia de los combustibles fósiles, sino también en garantizar que todos los sudafricanos, especialmente los que viven en zonas desatendidas, rurales e históricamente marginadas, puedan acceder a fuentes de energía fiables, asequibles y sostenibles. Esta sección del documento analiza algunas de las medidas clave que el gobierno sudafricano debería priorizar para lograr una transición energética justa y equitativa, tal y como se enumera a continuación.
El gobierno sudafricano debe centrarse en las comunidades vulnerables que históricamente han estado excluidas del acceso a una energía fiable y asequible. Esto incluye los municipios, los asentamientos informales y las zonas rurales, donde millones de personas siguen viviendo sin electricidad. Para solucionarlo, el gobierno debe colaborar con socios internacionales, como las Naciones Unidas, a fin de aplicar políticas específicas que den prioridad a estas comunidades en la transición a la energía limpia. [9]
Los instrumentos políticos clave a este respecto son el Fondo de Respuesta al Cambio Climático que es un fondo creado por el gobierno para combatir los graves efectos del calentamiento global y el cambio climático, así como la Asociación para una Transición Energética Justa (JET-P) que es una amplia colaboración entre múltiples países con Sudáfrica, cuyo objetivo es acelerar la descarbonización de la economía sudafricana centrándose en el sistema eléctrico nacional. Estos instrumentos deben aprovecharse para garantizar que la transición sea integradora. El gobierno debe asegurarse de que se amplíen los programas, como los de Educación y Formación Técnica y Profesional (EFTP), para dotar a los jóvenes, las mujeres y otros grupos marginados de las habilidades necesarias para participar en el sector de las energías renovables. Esto incluye programas de formación en tecnologías energéticas sin conexión a la red, instalaciones de energías renovables y fabricación de vehículos eléctricos. Además, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (PYME) en la generación, distribución y prestación de servicios energéticos fomentará la iniciativa empresarial local y creará puestos de trabajo en estas comunidades. [7]
Además, el gobierno debe salvaguardar los medios de subsistencia de los trabajadores que se verán desplazados por el abandono del carbón y otros combustibles fósiles. Esto puede lograrse poniendo en marcha programas de reciclaje y ofreciendo el desarrollo de habilidades ecológicas, preparando así a los trabajadores para el empleo en los crecientes sectores de las energías renovables y la eficiencia energética. Las asociaciones con organizaciones internacionales, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT)debería centrarse en facilitar estas transiciones. [7]
Para mitigar el cambio climático y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, el gobierno tiene que acelerar la adopción de tecnologías energéticamente eficientes y fuentes de energía renovables. El gobierno debe dar prioridad a los marcos de sistemas energéticos descentralizados, especialmente en las zonas rurales y fuera de la red, para garantizar un acceso equitativo a la energía limpia.
Iniciativas como las dirigidas por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) sobre sistemas energéticos descentralizados pueden ampliarse. Estas iniciativas pretenden reducir las emisiones, aumentar el acceso a la energía y mejorar la infraestructura energética en todo el país. El sitio Normas Mínimas de Eficiencia Energética (NMEE) para la iluminación, apoyadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambienteya se han puesto en marcha para promover el uso de lámparas LED de bajo consumo, y deberían ampliarse medidas similares a otros sectores. El liderazgo de Sudáfrica en el Grupo de Trabajo sobre Transiciones Energéticas del G20 ofrece la oportunidad de seguir promoviendo la eficiencia energética y las energías renovables a escala mundial, y el gobierno debería aprovechar esta posición para impulsar una acción climática más enérgica.
Un reto fundamental para la transición energética de Sudáfrica es la disponibilidad de financiación y la transferencia de tecnología adecuada. Para superarlo, el gobierno debe colaborar con las instituciones internacionales de desarrollo para conseguir financiación en condiciones favorables para proyectos de energía limpia y promover la transferencia de tecnología. Colaborando con entidades como la Unión Europea, Corporación Financiera Internacional (CFI)y el Banco Africano de Desarrollo (BAfD)Sudáfrica puede desbloquear los recursos financieros y tecnológicos necesarios para apoyar su transición a una economía baja en carbono alineándose con sus respectivas políticas y proyectos en materia de energía y cambio climático.
El gobierno también debería fomentar la innovación apoyando las iniciativas impulsadas por los jóvenes y las pequeñas empresas. Programas como el Programa de Innovadores AfriCircular dirigido por el Banco Africano de Desarrollo, que ayuda a las pequeñas y medianas empresas a recibir financiación y asistencia técnica para ampliar las iniciativas de economía circular, debería ir de la mano del propio programa de innovaciones circulares de Sudáfrica. A economía circular se centra en reducir los residuos y aprovechar al máximo los recursos reutilizando, reciclando y renovando los materiales. No sólo apoya la sostenibilidad medioambiental, sino que también impulsa el crecimiento económico creando nuevas industrias y oportunidades de empleo. En Sudáfrica, la transición a una economía circular se considera crucial para la recuperación económica, la consecución de los objetivos climáticos y el avance del desarrollo sostenible. En Departamento de Ciencia e Innovación desempeña un papel clave en esta transición aplicando la ciencia, la tecnología y la innovación para ayudar a cambiar el país hacia una economía más circular y baja en carbono, que también promueva las oportunidades socioeconómicas y apoye los compromisos climáticos de Sudáfrica.
Deben aprovecharse los sentimientos y las ideas de festivales de concienciación como el Ritmo Verde donde varias organizaciones centradas en el clima y la energía se reúnen para concienciar y enseñar a la comunidad cómo ser más conscientes del clima y más conocedores de la energía para disminuir los efectos perjudiciales del cambio climático. Estos proyectos pretenden capacitar a los jóvenes para crear soluciones empresariales sostenibles y deberían ampliarse. El gobierno puede facilitarlo proporcionando tutoría, talleres de intercambio de conocimientos y acceso a financiación para proyectos prometedores en el sector de las energías renovables.
Las necesidades energéticas de las zonas rurales de Sudáfrica difieren significativamente de las de las zonas urbanas. Muchas comunidades rurales son vulnerables a los efectos del cambio climático y tienen dificultades para acceder a los servicios básicos, como la electricidad y el agua. El gobierno debe dar prioridad a la expansión de soluciones de energía renovable fuera de la red y de minirredes en estas zonas. En África, donde 600 millones de personas carecen de acceso a electricidad fiable, las minirredes están surgiendo como solución, sobre todo en zonas rurales donde la red nacional no existe o no es fiable. Las minirredes son redes eléctricas a pequeña escala que generan y distribuyen energía a las comunidades locales. Suelen funcionar independientemente de la red nacional y suelen alimentarse de fuentes renovables como la energía solar, eólica o hidráulica. Las minirredes son cada vez más importantes para proporcionar electricidad asequible y fiable a las poblaciones y empresas rurales, sustituyendo la necesidad de generadores diésel contaminantes. Actualmente, más de 47 millones de personas en todo el mundo están conectadas a minirredes, pero para alcanzar el objetivo del acceso universal a la energía para 2030 (ODS7), se calcula que se necesitan 180.000 minirredes más, sobre todo en África. Estas soluciones suelen ser más rentables y eficientes que conectar los hogares rurales a la red nacional.
El sitio Programa Nacional Integrado de Electrificación (PNIE) que es una iniciativa del gobierno para proporcionar subvenciones de capital a los municipios con el fin de hacer frente al retraso en la electrificación de las viviendas residenciales ocupadas de forma permanente, con el con el fin de gestionar el proceso de planificación, financiación y ejecución de la electrificación para hacer frente al retraso en la electrificación. El INEP debe ampliarse para hacer frente al retraso en el suministro en los asentamientos rurales dispersos, utilizando soluciones de energía renovable como la solar y la eólica. Estos sistemas pueden proporcionar electricidad fiable y asequible, apoyando a sectores clave como la educación, la sanidad y la agricultura, que son vitales para la subsistencia rural.
Además, conversión de residuos en energía (WtE) Deben promoverse tecnologías que conviertan diversos tipos de residuos, incluidos los semisólidos, como los lodos, y los líquidos, como las aguas residuales, en energía, como electricidad o calor, y proyectos de bioenergía que ayuden a abordar los retos tanto energéticos como de gestión de residuos en las comunidades rurales. Estas tecnologías no sólo proporcionan una fuente de energía limpia, sino que también apoyan el desarrollo económico local mediante la creación de empleos verdes en la gestión de residuos y la producción de energía.
El desarrollo sostenible de los asentamientos humanos es una piedra angular de la transición energética. La urbanización y la densificación presentan tanto oportunidades como retos en cuanto a la gestión de los recursos. El gobierno debe garantizar que el desarrollo urbano se rija por principios de sostenibilidad y eficiencia energética. Esto incluye promover la construcción de viviendas energéticamente eficientes, implantar calentadores de agua solares en las nuevas urbanizaciones y garantizar que los sistemas de transporte público sean accesibles, energéticamente eficientes y sostenibles. En las zonas rurales y periurbanas, el gobierno también debería invertir en infraestructuras que apoyen prácticas agrícolas sostenibles y soluciones energéticas comunitarias. Esto requiere un esfuerzo concertado para regenerar las comunidades rurales, centrándose en la reforma agraria, la igualdad de género y la mejora del acceso a los recursos para los pequeños agricultores.
El gobierno debe crear procesos de planificación transparentes e inclusivos que capaciten a las comunidades para participar activamente en el diseño y la ejecución de proyectos energéticos y de sostenibilidad. Esto incluye desarrollar Indicadores de Rendimiento Medioambiental (IRM) que se utilizan para examinar cuestiones medioambientales como la contaminación, el clima y la energía , con el fin de evaluar los resultados de los gobiernos locales, así como para informar sobre las asignaciones fiscales y los esfuerzos de capacitación. Implicando a las comunidades en el proceso de planificación y haciendo que los criterios medioambientales y de sostenibilidad sean relevantes para sus necesidades específicas, el gobierno puede fomentar una mayor apropiación y responsabilidad en la transición energética.
Además, se debería facultar a los gobiernos locales para que tomen la iniciativa en la aplicación de sistemas de gestión de residuos, programas de eficiencia energética y la expansión de soluciones de energías renovables en sus municipios. El gobierno debería proporcionar el apoyo institucional necesario para reproducir a escala los modelos de éxito, sobre todo en las ciudades y las zonas rurales, con el fin de acelerar el proceso de prestación de servicios sostenibles.
Para garantizar una transición energética equitativa, integradora y beneficiosa, el gobierno sudafricano debe dar prioridad a las comunidades vulnerables, promover la eficiencia energética y las energías renovables, fomentar la financiación y la innovación, y construir asentamientos humanos sostenibles. Estos esfuerzos deben guiarse por procesos de planificación inclusivos y transparentes que capaciten a las comunidades para participar activamente en la transición. Centrándose en estas áreas, Sudáfrica puede construir una economía sostenible y baja en carbono que beneficie a todos los ciudadanos, reduzca la desigualdad y fomente la transformación social y económica. Mediante esfuerzos de colaboración con socios internacionales, gobiernos locales y comunidades, Sudáfrica puede liderar el camino hacia una transición energética justa que no deje a nadie atrás.
El gobierno sudafricano ha introducido varias políticas destinadas a fomentar la inversión en energías renovables, en particular el Plan de Recursos Integrados (IRP) y el Plan de Acción Energética. El IRP establece una hoja de ruta para ampliar la capacidad de generación eléctrica del país, centrándose en energías renovables como la eólica, la solar y las tecnologías de almacenamiento. España, con su larga experiencia en el sector de las energías renovables, está bien posicionada para aprovechar estas oportunidades. [5]
El gobierno español también ha mostrado su compromiso de fomentar la colaboración internacional en el espacio de las energías renovables. En 2023, el Presidente del Gobierno de España anunció un apoyo financiero de 2.110 millones de euros para que empresas españolas participen en proyectos de energías renovables y relacionados con el clima en Sudáfrica. Esta financiación pretende ayudar a las empresas españolas a entrar en el mercado sudafricano ofreciéndoles instrumentos financieros como préstamos, subvenciones y ayudas. [2]
Para las empresas españolas que quieran entrar en el mercado sudafricano, será fundamental asociarse con empresas locales. Se espera que la transición energética de Sudáfrica esté impulsada por productores independientes de energía (IPP), y las empresas españolas pueden colaborar con entidades locales para navegar por el panorama normativo y conseguir financiación. Además, las empresas españolas pueden ofrecer su experiencia en áreas como la energía solar fotovoltaica, la energía eólica y el almacenamiento de energía para apoyar el desarrollo de la infraestructura energética de Sudáfrica. [6]
Además, el énfasis del gobierno sudafricano en la participación del sector privado en la transición energética abre vías para que las empresas españolas inviertan en la modernización de la red, en soluciones de almacenamiento de energía y en el desarrollo de microrredes para mejorar el acceso a la electricidad en regiones desatendidas.
La colaboración y el intercambio de conocimientos entre empresas españolas y sudafricanas en el sector de las energías renovables ofrecen una gran cantidad de oportunidades que podrían acelerar significativamente las transiciones energéticas de ambos países. España, que resulta ser un líder mundial en tecnologías, finanzas y políticas de energías renovables, puede complementar la creciente demanda de energías renovables de Sudáfrica, sus abundantes recursos naturales y su sólido marco político que atrae la inversión extranjera. Esta sinergia ofrece una oportunidad convincente para abordar los retos mutuos y crear soluciones sostenibles a largo plazo para el sector de las energías renovables en ambos países. En esta sección se analizan las principales oportunidades de colaboración e intercambio de conocimientos, seguidas de las estrategias para llevar a cabo estas colaboraciones.
Empresas españolas como Iberdrola, Acciona y Siemens Gamesason líderes reconocidos en tecnologías de energías renovables, sobre todo en sistemas solares, eólicos y de almacenamiento de energía. Sudáfrica, con su elevada radiación solar y sus favorables condiciones eólicas, puede beneficiarse de la avanzada experiencia de España en estas áreas. Por ejemplo, las empresas españolas pueden ayudar a las sudafricanas a adoptar paneles solares de última generación y turbinas eólicas optimizadas para las condiciones locales. Además, las soluciones de almacenamiento de energía, como los sistemas de baterías que estabilizan la red, son esenciales para gestionar la naturaleza intermitente de las energías renovables. La experiencia española en almacenamiento de energía podría resultar inestimable para abordar esta cuestión. Para facilitar esta colaboración, pueden establecerse iniciativas conjuntas de investigación y desarrollo (I+D) y acuerdos de transferencia de tecnología. La creación de centros de innovación o empresas conjuntas permitiría a las empresas españolas transferir conocimientos y tecnologías, al tiempo que fomentarían asociaciones a largo plazo con empresas sudafricanas.
Sudáfrica se enfrenta a un notable déficit de cualificación en el sector de las energías renovables. Hay una necesidad acuciante de técnicos, ingenieros y gestores de proyectos locales capaces de desplegar y gestionar tecnologías de energías renovables. Las empresas españolas, con su amplia experiencia en la ejecución de proyectos de energías renovables a gran escala, pueden desempeñar un papel crucial a la hora de abordar esta carencia. Las empresas españolas pueden apoyar los esfuerzos de capacitación ofreciendo programas de formación, prácticas y cursos de certificación para los trabajadores sudafricanos. La colaboración con universidades e instituciones de formación profesional sudafricanas para desarrollar planes de estudios centrados en las energías renovables ayudaría a fomentar la próxima generación de profesionales del sector. La colaboración con instituciones locales de educación superior, o escuelas técnicas, podría proporcionar formación tanto teórica como práctica. También podrían aprovecharse las asociaciones público-privadas (APP) para ampliar estas iniciativas de formación y garantizar su sostenibilidad.
Las políticas sudafricanas sobre energías renovables exigen que los proyectos cumplan la normativa sobre contenido local, que incentiva el uso de materiales y componentes de origen local. Esto supone una importante oportunidad para que las empresas españolas contribuyan al desarrollo de la capacidad de fabricación sudafricana de componentes de energías renovables, como paneles solares, turbinas eólicas e inversores. Formando empresas conjuntas de fabricación, las empresas españolas podrían ayudar a crear instalaciones de producción locales, reduciendo la dependencia de los bienes importados y creando puestos de trabajo. Además, las empresas españolas pueden trabajar con proveedores sudafricanos para establecer redes locales de abastecimiento que se ajusten a la normativa sobre contenido local, mejorando la resistencia de la cadena de suministro y reduciendo costes. Facilitar estas asociaciones implicaría establecer acuerdos de intercambio de tecnología y conocimientos con los fabricantes locales, así como crear redes de proveedores para integrar a las empresas sudafricanas en la cadena de suministro de energías renovables.
empresas españolas junto con el apoyo de instituciones financieras como Compañía Española de Financiación del Desarrollo (COFIDES), tienen acceso a importantes capitales e instrumentos de financiación para proyectos internacionales. Esto ofrece una valiosa oportunidad de colaboración para financiar proyectos de energías renovables a gran escala en Sudáfrica. Las empresas españolas pueden asociarse con empresas sudafricanas para acceder a bonos verdes o fondos de inversión medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG), cada vez más populares para proyectos de energías renovables. Las APP también presentan una vía para la inversión conjunta en proyectos de energías renovables. A través de estas asociaciones, las empresas españolas y sudafricanas, así como los organismos gubernamentales, pueden ayudar a cubrir los déficits de financiación y garantizar la viabilidad financiera de los grandes proyectos. Para facilitar esta colaboración, los bancos de desarrollo españoles, las instituciones financieras internacionales y las entidades financieras locales como el Banco de Desarrollo de África Austral (DBSA).
El potencial de energía renovable de Sudáfrica es enorme, pero el país se enfrenta a dificultades para integrar las fuentes renovables en su red nacional, sobre todo en las zonas remotas donde se ubican los proyectos eólicos y solares. Las empresas españolas tienen una gran experiencia en integración en la red, sistemas de gestión de la energía y tecnologías de red inteligente, todo lo cual podría ayudar a afrontar estos retos en Sudáfrica. Las empresas españolas pueden asociarse con empresas sudafricanas de servicios públicos, como Eskom, para implantar tecnologías de red inteligente que permitan una distribución eficiente de la energía y la integración de las fuentes renovables en la red nacional. También pueden colaborar en sistemas de respuesta a la demanda y de gestión de la energía para optimizar el suministro energético y equilibrar las fluctuaciones en la generación de energía renovable. Facilitar la colaboración podría implicar talleres técnicos, proyectos piloto conjuntos e iniciativas de capacitación entre empresas españolas, Eskom, IPP y municipios sudafricanos.
Tanto España como Sudáfrica se han comprometido a acelerar la transición hacia las energías renovables y a alcanzar sus objetivos climáticos. Compartiendo experiencias y buenas prácticas, las empresas españolas y sudafricanas pueden trabajar juntas para abogar por políticas de energías renovables más sólidas, incentivos y un entorno regulador favorable. Las empresas españolas pueden colaborar con organismos industriales sudafricanos como el Consejo de la Energía de Sudáfrica contribuir al desarrollo de políticas que fomenten el crecimiento de las energías renovables. Éstas podrían incluir incentivos para la inversión del sector privado, la modernización de la red y la creación de empleo local. Además, ambos países pueden alinear sus marcos normativos en áreas como el almacenamiento de energía, la estabilidad de la red y las soluciones fuera de la red. Las colaboraciones pueden facilitarse a través de conferencias del sector, talleres políticos dirigidos por el gobierno y diálogos conjuntos organizados por asociaciones industriales españolas y sudafricanas, con el objetivo de implicar a los responsables políticos en debates sobre el futuro de las energías renovables.
Dada la situación estratégica de Sudáfrica en el sur de África, las empresas españolas y sudafricanas podrían colaborar en proyectos transfronterizos de energías renovables que integren los mercados energéticos regionales. Sudáfrica tiene potencial para suministrar energía limpia a los países vecinos, y la experiencia española en el comercio transfronterizo de electricidad podría ayudar a facilitar la creación de interconectores y consorcios energéticos regionales. Las empresas españolas podrían colaborar con las sudafricanas para desarrollar infraestructuras de energías renovables que apoyen las exportaciones regionales de energía. Aprovechando la experiencia española con comercio transfronterizo de electricidad dentro de la Unión Europea, esta colaboración podría ofrecer valiosas lecciones para desarrollar un mercado regional de la energía en África Austral. Facilitar estas colaboraciones transfronterizas implicaría trabajar con organismos regionales como el Pool Energético del África Austral (SAPP) en el que participan los Estados miembros de la SADC, abogando así por la integración de las redes de energía renovable en toda la región.
España y Sudáfrica pueden fomentar la cooperación en materia de energías renovables mediante acuerdos bilaterales que establezcan prioridades compartidas, acciones conjuntas y marcos para el intercambio tecnológico, la financiación y el diálogo político. Las empresas españolas podrían formar empresas conjuntas con empresas sudafricanas para poner en común recursos, compartir riesgos y cumplir los requisitos de contenido local y creación de empleo. Las misiones comerciales y los foros de inversión permitirían a ambos países explorar oportunidades de colaboración, con visitas de empresas españolas a Sudáfrica y viceversa. Los programas de cooperación al desarrollo, apoyados por agencias españolas como COFIDES e ICEX, podrían proporcionar financiación y asistencia técnica para proyectos, mientras que las APP podrían financiar iniciativas a gran escala. Las asociaciones industriales y los actos de creación de redes, como conferencias y talleres, promoverían aún más el intercambio de conocimientos y el desarrollo de asociaciones entre ambas naciones.
En conclusión, la colaboración entre empresas españolas y sudafricanas en el sector de las energías renovables presenta un inmenso potencial. Centrándose en áreas como la transferencia de tecnología, el desarrollo de capacidades, la fabricación local, la integración en la red y la promoción de políticas, ambos países pueden contribuir al objetivo compartido de acelerar la transición hacia las energías renovables. Estas asociaciones no sólo fomentarán el crecimiento económico mutuo, sino que también desempeñarán un papel vital en el esfuerzo mundial para combatir el cambio climático, creando un futuro sostenible tanto para España como para Sudáfrica.
Entrar en el mercado de las energías renovables de Sudáfrica presenta importantes oportunidades para las empresas españolas, pero navegar por el panorama normativo puede ser complejo. Las políticas y procedimientos cambiantes del país exigen una comprensión cuidadosa de los marcos legales que rigen los proyectos de energías renovables. Colaborando con las autoridades locales, garantizando el cumplimiento de las normativas clave y trabajando dentro del entorno normativo sudafricano, las empresas españolas pueden invertir con éxito en el sector. Este ensayo ofrece una visión general de los principales marcos y requisitos normativos que las empresas españolas deben sortear al entrar en el mercado sudafricano de las energías renovables.
El IRP es el documento de planificación energética a largo plazo de Sudáfrica que establece la combinación energética y las necesidades de capacidad del país. El IRP orienta la inversión en energía renovable esbozando objetivos específicos para la adquisición de capacidad de energía renovable.
Las empresas españolas que deseen invertir en energías renovables deben asegurarse de que sus proyectos se ajustan a los objetivos del PIR. La actualización más reciente, PIR 2023incluye objetivos ambiciosos para la adquisición de energía renovable en las próximas décadas. Sin embargo, las empresas deben mantenerse informadas sobre las futuras revisiones del IRP para asegurarse de que sus proyectos siguen ajustándose a la evolución de la demanda energética y las prioridades políticas de Sudáfrica.
En REIPPPP es un programa emblemático diseñado para fomentar la inversión privada en el sector de las energías renovables de Sudáfrica. Se trata de un proceso de licitación competitiva en el que se invita a los IPP a presentar propuestas para proyectos de energías renovables. Las empresas españolas deben participar en el REIPPPP respondiendo a las Solicitudes de Propuestas (RFP) emitidas por el Departamento de Energía (DoE) y Eskom, el proveedor estatal de electricidad de Sudáfrica. El cumplimiento del proceso REIPPPP exige satisfacer diversos criterios, como las cuotas de contenido local, los objetivos de desarrollo socioeconómico y la realización de Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA). Además, las rondas más recientes de REIPPPP incluyen Acuerdos de Compra de Energía (PPA) que rigen las condiciones de venta de electricidad, incluidos los precios, las normas de rendimiento y las sanciones por incumplimiento.
Sudáfrica pone gran énfasis en garantizar que los proyectos de energías renovables beneficien a la economía local mediante la creación de puestos de trabajo y el desarrollo de industrias locales. Como parte de ello, las empresas españolas deben cumplir los requisitos de contenido local, que obligan a que un determinado porcentaje de materiales, componentes y servicios sean de origen local. Además, se espera que los proyectos contribuyan al empleo local mediante el compromiso de contratar a trabajadores sudafricanos para la construcción, el funcionamiento y el mantenimiento de las instalaciones de energías renovables. Para cumplir estos requisitos, las empresas españolas deben considerar la posibilidad de asociarse con proveedores y contratistas locales, e incluso pueden explorar oportunidades de inversión en fabricación local.
Antes de iniciar proyectos de energías renovables a gran escala, las empresas españolas están obligadas a realizar una EIA. EIAs in South Africa, required under the National Environmental Management (NEMA) Act of 1998, assess the potential environmental, socio-economic, and cultural impacts of proposed developments. The EIA process predicts both negative and positive consequences of projects and suggests measures to mitigate or eliminate adverse impacts. It aims to ensure sustainable development by evaluating and managing direct and indirect effects on factors like human health, ecosystems, and resources. Los resultados informan la toma de decisiones sobre la concesión o denegación de la autorización medioambiental para el proyecto. La NEMA) exige que los proyectos sigan los planes de gestión medioambiental (PGA) prescritos, siendo la participación pública y las consultas a las partes interesadas una parte fundamental del proceso, sobre todo para los proyectos de mayor envergadura, como los parques eólicos y solares. Según el tamaño y la ubicación del proyecto, también puede ser necesaria la aprobación de los municipios locales o de las autoridades provinciales.
Para determinados proyectos de energías renovables, sobre todo los que implican energía solar concentrada (CSP) o energía hidroeléctrica, puede ser necesaria una Licencia de Uso del Agua (WUL) si el proyecto implica un uso significativo de agua, como para refrigeración o almacenamiento. El Departamento de Agua y Saneamiento es responsable de supervisar los derechos de agua en Sudáfrica. Las empresas españolas deben presentar una solicitud de WUL si sus proyectos afectan a los recursos hídricos. El proceso de aprobación puede ser largo, y la obtención de las licencias necesarias es un requisito previo para la construcción del proyecto.
La conexión de proyectos de energías renovables a la red nacional de Sudáfrica requiere la colaboración con Eskom, el proveedor estatal de electricidad. El Código de Red establecido por Eskom describe las especificaciones técnicas y operativas para la conexión a la red y la distribución de energía. Además, las empresas españolas deben firmar un Acuerdo de Compra de Energía (PPA) con Eskom u otro comprador, que regula las condiciones de venta de electricidad, las estructuras tarifarias, las penalizaciones por bajo rendimiento y otras condiciones operativas. El CCE es esencial para asegurar la viabilidad financiera de los proyectos de energías renovables, ya que garantiza flujos de ingresos a largo plazo para los promotores de los proyectos.
Sudáfrica también impone normativas de eficiencia energética para garantizar que los proyectos de energías renovables cumplan determinadas normas de consumo de energía, estabilidad de la red y eficiencia operativa. Las empresas españolas deben asegurarse de que sus proyectos cumplen la Estrategia de Eficiencia Energética y se adhieren a las normas técnicas establecidas por reguladores como el Regulador Nacional de la Energía de Sudáfrica (NERSA), que supervisa el cumplimiento en el sector energético. El NERSA desempeña un papel fundamental en la regulación de la eficiencia energética, la estabilidad de la red y el establecimiento de normas operativas para los proyectos de energías renovables. El cumplimiento de la normativa del NERSA es clave para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los proyectos.
La política B-BBEE está diseñada para promover la participación de personas y comunidades históricamente desfavorecidas en la economía sudafricana. Es especialmente importante en el contexto de la contratación pública y las asociaciones empresariales. Las empresas españolas deben cumplir los criterios B-BBEE para relacionarse con el gobierno o las empresas estatales y participar en iniciativas de energías renovables. Esto puede implicar el desarrollo de planes para apoyar la capacitación económica de los sudafricanos negros, especialmente mediante la creación de empleo, el desarrollo de capacidades y la propiedad local en proyectos de energías renovables.
Sudáfrica ofrece una serie de incentivos fiscales para fomentar la inversión en energías renovables, incluidos créditos fiscales para activos de energías renovables. La Ley del Impuesto sobre la Renta prevé desgravaciones por amortización acelerada, que ayudan a reducir la carga de capital inicial de los proyectos de energías renovables. Además, las empresas españolas deben familiarizarse con las implicaciones del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) para los proyectos de energías renovables, incluidas las posibles rebajas o exenciones para los equipos de energías renovables. Comprender los derechos de aduana y de importación también es fundamental, sobre todo al importar tecnología o componentes para proyectos de energías renovables.
Las empresas españolas que deseen navegar por el panorama normativo sudafricano deben contratar a expertos locales en asuntos jurídicos y normativos para garantizar el cumplimiento de los permisos necesarios y los requisitos de contenido local. Asociarse con empresas sudafricanas puede ayudar a cumplir los objetivos de creación de empleo y aportar conocimientos sobre los aspectos jurídicos y culturales del sector energético. Mantenerse informado sobre los cambios normativos mediante el seguimiento o las consultas a expertos es esencial, ya que el entorno de las energías renovables evoluciona continuamente. Además, unirse a asociaciones del sector como SAREC o SAPVIA puede ofrecer valiosas oportunidades de establecer contactos y mantener a las empresas al día de la evolución de las políticas.
Las empresas españolas que pretendan invertir en el sector de las energías renovables de Sudáfrica deben ser proactivas a la hora de comprender y cumplir una amplia gama de requisitos normativos. Desde alinearse con el IRP y participar en el REIPPPP hasta garantizar el cumplimiento de la normativa medioambiental y las normas de conexión a la red, estas empresas deben navegar por un panorama normativo polifacético. Asociándose con las partes interesadas locales, trabajando con expertos jurídicos y manteniéndose informadas sobre la evolución de la normativa, las empresas españolas pueden entrar con éxito y prosperar en el mercado sudafricano de las energías renovables, contribuyendo a la transición del país hacia un futuro energético más sostenible.
Entrar en el mercado sudafricano de las energías renovables ofrece tanto oportunidades como retos a las empresas españolas. Los principales obstáculos son la incertidumbre normativa y política, los retrasos burocráticos, los problemas de infraestructura, los riesgos financieros y la intensa competencia. Para sortear estos retos, las empresas españolas deben mantenerse informadas sobre los cambios políticos, colaborar con socios locales para facilitar los procesos burocráticos e invertir en mejoras de las infraestructuras o en soluciones sin conexión a la red. Los riesgos financieros, como la volatilidad de las divisas, pueden mitigarse mediante asociaciones locales, instituciones financieras y estrategias de cobertura. Las empresas españolas también deben cumplir los requisitos de contenido local mediante el abastecimiento local de materiales o el establecimiento de instalaciones de producción, al tiempo que contribuyen a la creación de empleo mediante programas de formación. Los riesgos sociales y medioambientales pueden minimizarse mediante el compromiso con la comunidad y la adhesión a prácticas sostenibles. Además, comprender las diferencias culturales locales y la dinámica del mercado es crucial para entrar con éxito en el mercado. Aprovechando los conocimientos tecnológicos, formando asociaciones estratégicas y adaptándose a las condiciones locales, las empresas españolas pueden superar eficazmente estos retos y triunfar en el competitivo sector de las energías renovables de Sudáfrica.
España se ha erigido en líder de la transición europea hacia las energías renovables, habiendo realizado importantes inversiones en tecnologías solares, eólicas y de biomasa. El éxito de España en el rápido aumento de su capacidad de energía renovable ofrece un modelo útil para Sudáfrica. En concreto, la apuesta de España por la energía solar le ha permitido convertirse en uno de los mayores mercados solares de Europa, con una capacidad instalada de más de 39 GW para 2030. [1]. Spanish companies such as Siemens Gamesa and Acciona are key players in the global renewable energy sector, with extensive experience in both technology development and project financing.
Las empresas españolas también se han beneficiado de un entorno normativo favorable que ha contribuido a impulsar las inversiones en energías limpias. Esto incluye incentivos fiscales, mecanismos financieros respaldados por el gobierno y condiciones de mercado favorables para el desarrollo de proyectos eólicos y solares. La experiencia española en energías renovables no sólo es relevante para Sudáfrica, sino que también ofrece valiosas lecciones para los países de todo el mundo que están llevando a cabo sus propias transiciones energéticas. [4]
Las empresas españolas tienen un importante potencial para apoyar el desarrollo de la fabricación local y la creación de empleo en el sector de las energías renovables de Sudáfrica. Mediante el establecimiento de instalaciones locales de fabricación y montaje, pueden cumplir los requisitos de contenido local y reducir los costes de la tecnología de energías renovables, al tiempo que crean empleo directo en la fabricación y sectores relacionados. Las empresas españolas también pueden invertir en programas de desarrollo de capacidades para abordar el déficit de capacidades técnicas, garantizando una mano de obra formada para los proyectos de energías renovables. Además, pueden facilitar la transferencia de tecnología y conocimientos, elevando los estándares técnicos locales y fomentando la competitividad global. Al desarrollar cadenas de suministro locales y asociarse con proveedores sudafricanos, las empresas españolas pueden impulsar la economía local y crear cadenas de suministro resistentes e independientes. Además, pueden contribuir creando empleos verdes en zonas rurales, promoviendo modelos empresariales inclusivos y apoyando la innovación local a través de centros de I+D. Por último, al facilitar el acceso a la financiación a los empresarios locales, las empresas españolas pueden fomentar la innovación y ayudar a ampliar los proyectos de energías renovables. De este modo, las empresas españolas pueden desempeñar un papel transformador en la transición energética de Sudáfrica, al tiempo que mejoran su propia competitividad global.
El gobierno español lleva mucho tiempo apoyando la expansión internacional de las empresas españolas, sobre todo en sectores como las energías renovables, mediante mecanismos financieros como subvenciones, préstamos, garantías y ayudas, facilitados por instituciones como el ICEX, COFIDES y Cesce. Este apoyo es crucial para las empresas españolas que invierten en mercados emergentes como Sudáfrica, donde el sector de las energías renovables ofrece tanto oportunidades como riesgos. La financiación respaldada por el gobierno proporciona acceso a capital de bajo coste, mejorando la competitividad en el dinámico mercado sudafricano, especialmente a través de programas como el REIPPPP. Las herramientas de mitigación de riesgos, como el seguro de riesgo político y las garantías de crédito, protegen a las empresas de la inestabilidad política, las fluctuaciones monetarias y los riesgos de impago. Además, el respaldo gubernamental fomenta la credibilidad, ayudando a las empresas españolas a conseguir asociaciones, navegar por los procesos de licitación y alinearse con los objetivos globales de desarrollo sostenible. Sin embargo, estas ventajas conllevan riesgos, como la dependencia excesiva del apoyo gubernamental, la volatilidad de las divisas, la inestabilidad política y económica y los cambios en la normativa sudafricana, como los requisitos de contenido local. Las empresas también se enfrentan al reto de navegar por complejos panoramas financieros y normativos internacionales, que pueden aumentar los costes operativos y la complejidad. A pesar de estos retos, gestionando eficazmente los riesgos y aprovechando estratégicamente el apoyo gubernamental, las empresas españolas pueden contribuir significativamente a la transición energética renovable de Sudáfrica, al tiempo que avanzan en los objetivos de sostenibilidad tanto locales como globales.
En conclusión, la transición energética renovable en Sudáfrica ofrece una oportunidad única y transformadora para que las empresas españolas aprovechen su experiencia, tecnologías y recursos para contribuir de forma significativa a un futuro energético sostenible. Fomentando la colaboración con las empresas sudafricanas, abordando los retos normativos y centrándose en el desarrollo de las capacidades locales, las empresas españolas pueden desempeñar un papel fundamental en el avance de la Transición Energética Justa de Sudáfrica. Esta asociación no sólo promete beneficios económicos y medioambientales para ambas naciones, sino que también contribuye a la lucha mundial contra el cambio climático. Un enfoque estratégico e integrador, basado en la innovación y el respeto mutuo, será crucial para garantizar que la transición sea equitativa, resistente y beneficiosa para todas las partes implicadas. Mediante esfuerzos conjuntos, España y Sudáfrica pueden dar un ejemplo inspirador de cooperación internacional en el desarrollo de las energías renovables.
Bibliografía
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Block 9, Somerset Office Park, 5 Libertas Road, Bryanston.
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